27 de diciembre de 2024.
Todo va quedando atrás.
El tiempo se viste
con tradiciones
después las mata
rápidamente se desnuda
y muy tranquilo se va a dormir.
Ya desapareció la Nochebuena.
Ya desapareció la Navidad.
También se acabó San Esteban...
Aquí en Cataluña
somos triplemente desgraciados
con estas polvorientas tradiciones.
Tres días seguidos de tortura colectiva.
Gentuza en modo "nos queremos mucho"
durante estos días (que ojalá pasen pronto).
Ayer por la tarde
las calles estaban llenas
de numerosas familias atolondradas
que paseaban haciendo sospechosas curvas.
Menos mal que el tiempo se las ha comido.
Hoy el día es puro.
La mañana es deliciosamente fría.
Las familias beodas
habrán descansado sus cabezas simiescas
y puede que algunos hayan recuperado la razón.
Envoltorios y guirnaldas han sido enterradas en la basura.
Parece que la cordura
asoma la cabeza
entre el estercolero navideño.
El tiempo de ahora es nuevo.
El aire tiene sonrisa de invierno juguetón.
En las calles no hay rastro de gente destartalada.
Están limpias y dispuestas a ser admiradas.
Hoy es día de salir.
De ir al mar y preguntarle cómo está.
De saludar a los árboles deseándoles una muy buena salud.
Y de olvidar a todos los farsantes que ensucian la vida sencilla.